Al amanecer se respira un aire especial, ya ha entrado el otoño y eso en Doñana significa cambios.
Ahora los amaneceres y los atardeceres son algo distintos, con luces más pasteles, con un poco de frio y humedad que hacen que a muchos animales sientan la llamada de la reproducción.
Es el turno del ciervo, el que llena con su berrido el amanecer y el atardecer reclamando su harén y su territorio , como dueño y señor de la marisma y del monte. Exhiben sus cuernas desafiantes a todo aquel macho que se les acerca y se atreve a arrebatarle alguna de sus hembras.
Siempre me decían que en Doñana los ciervos eran pequeños y que no tenían unas cuernas muy espectaculares, pero he podido comprobar que no es así. Y puedo asegurar que asusta ver a un macho de los que hay en la marisma, berreando y de repente desafiándote en cuanto te ve, incluso haciendo el amago de atacarte, todo una experiencia con la naturaleza que te rodea.
El celo es tal que atacan a todo lo que se les acerca, vacas, gamos, caballos, incluso al ser humano. Supongo que estos ciervos tendrán menos miedo a los hombres que en otros sitios.
Ciervo en el monte, Doñana
Nikon D300, sigma 150-500 f6,3 iso 100
Ciervo berreando junto a grupo de hembras, marisma de Doñana
Nikon D300, sigma 150-500 f6,3 iso 200
Macho de ciervo junto a un gamo, Doñana
Nikon D300, sigma 150-500 f6,3 iso 100
Mucho hermoso! Tienes un blog preciosa, fotografias lindas.
ResponderEliminarSaludos fraternos.
chaval.. fantásticas fotos!!! Ya las conocía, pero verlas así en grande mola mas. Y el revelado va mejorando bastante. El texto en tu línea. Como diría Rudy Fernández en el anuncio del eurobasket: Que bonito te ha quedao... un poco ñoño, pero te ha quedao bonito! jejejeje. Abrazos
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarTú sí que eres el rey de la marisma niño!!!
ResponderEliminarMelena al viento, teleco en la mano y la cámara siempre dispuesta para inmortalizar aquello que te asalte en el camino. Lo dicho, el rey.
Un abrazo enorme