Estos días el campo nos regala unas imágenes llenas de color y que no tienen comparación en el resto del año, es el momento en el que se conjuga varios factores que hace que todo se despierte, que todo rompa esa espera que se ha dado desde el otoño.
Es en este momento donde el paisaje se viste con sus mejores galas, con una gran variedad de formas y colores.
Hay veces que la unión de algunos colores cambia según la mires de un ángulo o de otro, según estés cerca o lejos y lo que te parece una mezcla de flores al acercarte se aprecia que están muy separadas delimitando su zona.
Todo responde al capricho sin ley de la naturaleza.
me ha encantado la foto del Bolín "nevado". Es la magia de Doñana, que hasta en primavera es capaz de nevar! Espero que estés dando buena cuenta del material nuevo y resplandeciente allí en tierras cazorleñas. Sácale brillo, que luego hay que mancharlo de barro marismeño. Un abrazo!!
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