Sí amigos, por fin todo huele a primavera, después de tantos días de lluvias, de un tiempo que no daba tregua a nada, ni a que los animales empezasen a mostrar signos primaverales.
Lluvia que ha hecho que se inunde todo, que en el monte blanco se vean moritos, garzas y andarrios, y que los caminos estén inaccesibles.
Por fin unos días de de buen tiempo, y esta tregua además de ser aprovechada por un servidor para poder quitarse el mono de sol y de poder campear sin tener que mirar las nubes. Las aves se han puesto frenéticas, están como locas haciendo nidos, mostrando su librea nupcial y haciendo cortejo por todos sitios.
Parecía que no iba a terminar el invierno, pero quizás esté dando sus últimos coletazos.
El agua caída nos va a dar durante unos meses una de las mejores primaveras de los últimos años.

Vera, ParqueNacional de Doñana
Nikon D300 sigma 150-500 f6,3 1/800s iso 200